lunes, 14 de enero de 2013

Islandia

Este país da sentido a lo estudiado a lo largo de la vida en las Ciencias Naturales, ver con tus propios ojos todo aquello que tanto ha costado estudiar y entender no tiene precio.
Es el país del fuego, del hielo y del agua. Debido a su corta edad, (es uno de los territorios más jóvenes del planeta), la energía procedente del interior de la tierra, geotérmica, se apodera del paisaje y todo, absolutamente todo gira en torno a ella.
Nuestro viaje comenzó en la capital, Reykjavik, dimos la vuelta a la isla por la ring road en sentido contrario a las agujas del reloj hasta llegar de nuevo a este punto. Decidimos realizarlo de esta forma por el pronóstico del tiempo.
Ciudad cosmopolita donde las halla y de coloridas casas.¡Yo quiero vivir allí! Cuenta con uno de los índices de felicidad más altos del planeta y más bajos de delincuencia y contaminación de aire y agua.
Esta escultura que se asemeja a un barco vikingo es el símbolo de la ciudad, es una maravilla poder contemplar tranquilamente el océano atlántico desde aquí. Lo que menos me gustó de la ciudad...pues que no hay Mcdonals...nada grave.


Próxima triparada obligatoria: The golden circle.
El joven territorio de Islandia se va haciendo a medida que pasa el tiempo cada vez mayor, ya que aumenta su extensión aproximadamente 2 cm al año. Esto es debido a la falla que separa las placas euroasiática y americana y atraviesa el país. 
Esta zona llamada Pingvellir, es también muy conocida, ya que es aquí donde se asentó el primer parlamento europeo.


Una de las experiencias más impresionantes del viaje fue escuchar el rugido del interior de la tierra en Geysir. Este geyser es Strokkur, y aproximadamente impulsa más o menos cada 5-10 minutos, agua hirviendo a unos 10 m de altura.No se puede explicar con palabras lo que uno siente cuando ve estallar semejante maravilla natural.
El pueblito donde se encuentra es Geysir, que ha dado nombre a todos los géiseres del mundo. Hoy en día simplemente borbotea, rodeado de una extensa llanura de fumarolas. El olor a azufre de esta zona es bastante vomitivo, pero merece la pena.
En la última parada, pero no por ello menos importante, hemos dado un paseo por una impresionante catarata, llamada Gullfoss, que por supuesto atraviesa la falla que antes comentaba. Es una zona estupenda para darte una vuelta: llanuras de color verde intenso (en verano) con los caballos típicos islandeses esperando para darte un paseo, cafetería para tomarte una cerveza típica islandesa o un chocolate bien calentito.







Esta catarata es una de mis favoritas, y es que tiene una buena historia detrás: en resumen, el dueño de las estas tierras quería poner una central hidroeléctrica y su hija, enamorada de la belleza de este paraje natural, propuso un ultimatum, se tiraría si su padre tocaba la catarata. Como podemos observar ésto funcionó y, hoy en día esta mujer es una gran heroína islandesa. En el camino hacia la catarata, hay un pequeño busto en su honor.


Una parada para relajar la tensión en el spa de la Blue Lagoon. Sus aguas geotermales ricas en sílice dicen que son muy buenas para curar enfermedades de la piel como la psoriasis. Estas aguas son alimentadas con aguas residuales (aunque parezca increíble es agua limpia) procedentes de la central geotérmica.
Es un tanto caro pero tiene buenas infraestructuras y genera un servicio inmejorable.
 Vik, conocido en el país por ser el lugar donde se registra el mayor índice de precipitación; la negrura de su arena, producto del origen volcánico de la isla; encontrase al abrigo de uno de los glaciares más famosos y Parque Nacional de Vatnajökull . Pero lo que más llamará la atención de esta visita son unos salientes a cientos de metros de la costa, de piedra: cuenta la leyenda... (resumo) que tres gigantescos trolls estaban tirando de un barco hacia la costa...la salida del sol les pilló por sorpresa y quedaron literalmente petrificados. La estampa que genera es preciosa.
Mi gran pena, es que desde una colina cercana se divisan cientos de miles de frailecillos (puffins), pero en verano no hemos podido ver ni uno ya que estaban en plena migración, ya que en agosto emprenden partida hacia alta mar para poder reproducirse.




La Ring-road es la carretera principal que rodea la isla. Para circular por ella no es necesario disponer de 4*4, pero en el momento que te quieras adentrar un poco, los carteles de obligación tracción trasera no mienten; y es que los "caminos" imposibles atravesando ríos, que tienen como incógnita su profundidad será una constante que nos acompañe en el transcurso del trayecto.
Pero conseguir darte un baño en aguas de un río volcánico en esta zona desértica llamada landmannalaugar, es el premio que consigues cuando te pasas horas sin saber que tu rumbo es correcto, que puedes pinchar en cada momento y que no has visto a nadie desde hace unas 4 horas...
Se trata de una zona de montañas de riolita, de colores, que cuando pegaba el sol cambiaba por completo el paisaje: sus colores increíbles y sus formas redondeadas.



Y es lo que tiene Islandia, que en cosa de unas decenas de km cambiamos el paisaje como si cambiásemos de planeta; y es que ese mismo día dormimos a orillas de la laguna glaciar Jökulsárlón. Laguna muy conocida por rodarse películas como Tom Ryder.
Nos dimos un paseo en barco anfibio, desde donde pudimos contemplar y nos explicaron muy bien cómo uno de los glaciares más grandes del mundo, Vatnajökull, se está fundiendo en la laguna por actuación del calentamiento global. Son las consecuencias del cambio climático, que pueden desembocar en un corte de comunicaciones de todo el país (la laguna está atravesada por la ring-road). Hemos podido tocar hielo procedente de los icebergs de más de 1000 años de edad!
La laguna cuenta con iceberg de colores, desde el azul celeste, blanco hasta negros. Nos explicaron que el color clarito era debido a un volteo de los iceberg debido a la fuerza del agua, responsable en disminuir su volumen, (son la parte que anteriormente estaba sumergida).


Ver perderse los bloques de hielo, a la deriva hacia al mar, da una sensación de impotencia. Pero hay que verlo. Y si se tiene suerte y se está atento se podrá reconocer fácilmente a las focas nadando plácidamente en estas aguas como si nada estuviera pasando...




Muy cerquita de esta zona, se encuentra la catarata Skogafoss. Un regalo para los sentido y no apta para personas que sufren de vértigo, la subida es bastante dura pero merece la pena. Los salientes son perfectos para hacerse unas cuantas fotos, no sé cómo no hay más muertos en esta zona :).
Si se tiene suerte, en el pie de la catarata se forman unos arcoiris guapísimos y muy fotogénicos.

Si algo no le falta a la isla son cascadas, esta maravilla de columnas de basalto negro con origen volcánico se encuentra en el Parque Nacional Skaftafell y le llaman Svartifoss. ¡Cuidado con las rocas afiladas!, sobretodo si nos acompañan niños...
Y como va de cascadas, no muy lejos, entre esta zona y el lago Mývatn, (lago de las moscas en el Parque Nacional Jökulsárgljúfur), se puede disfrutar del mayor salto de agua de Europa con la compañía del rugido de otra de mis cascadas favoritas: Dettifoss. Para hacerse una idea, el volumen del agua te obliga a gritar al de al lado para hacerte oir medianamente. Este color grisáceo se debe a la erosión de las rocas, provocada por la fuerza del agua en su transcurso desde el glaciar. Enormes bloques de piedra se pueden observar en su caída, y por cierto...se dice que si te caes a la catarata sería imposible encontrar resto alguno. Vamos a comprobar la escala de la cascada con el tamaño de las personas, personas muy muy intrépidas...


 


Y en nuestro ascenso hacia el Lago Mývatn encontramos parajes increíbles..
 Como la caldera Krafla, bien rodeado de solfataras y fumarolas. Dicen que es posible darte un baño en el cráter, aunque nosotros desde luego no vimos a nadie en semejante situación.
 Como este campo de cenizas, aunque vayan pasando las décadas siguen humeantes impresionando al turista en su recorrido. Muchos carteles de danger hay en esta zona...
 Como los pseudo cráteres (se diferencian de un volcán en que carecen de una chimenea bien enraizada en la corteza terrestre), se puede decir que casi exclusivos de Islandia. Verlos ya provoca emoción, pero si encima los contemplas desde lo alto del volcán con la mayor circunferencia de cráter de Europa la experiencia se vuelve inolvidable.



Una parada obligatoria en el norte es la visita de un pequeño pueblo pesquero (Husavik), donde tienen perfectamente programado para el turista excursiones para contemplar varias especies de ballenas. Nuestro viaje fue en agosto, por lo que lo único que pasamos fue frío ya que las ballenas se encontraban en África en plena migración. Frío, mucho frío...



Y seguimos ascendiendo hacia el norte, hacia la ciudad de los corazones, de la felicidad absoluta...Akureyri. En el trayecto realizamos una pequeña parada para contemplar otra cascada, esta vez le toca el turno a  Godafoss, la cascada de los dioses,no impresiona tanto pero es perfecta. También cuenta con su historia..pero resumo otra vez más: un pagano convertido al cristianismo, llamado Thorgeir lanzó imágenes y esculturas de madera de dioses paganos a la cascada una vez que el crstianimo fue aceptado, allá por el año 1000.
 


Una de las fotos que más nos gustan del viaje fue hecha bajando hacia la capital, es un lago similar al Lago Ness, con su monstruo con forma de serpiente y con su leyenda. Este sitio genera una tranquilidad... a mi personalmente me encantó!




Compañero de viaje este todoterreno, asegurado a todo riesgo (excepto para atravesar ríos y con gps, que es fundamental. Disfrutad del cielo islandés, tanto al atardecer (las noches en verano son muy claritas, pero es una pasada ver los cambios de color) como por el día.




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